martes, 8 de junio de 2010

Nueva York...ciudad encantada


Su mirada me hechizó como el resplandor de un nuevo día, de un abrupto golpe caí rendida ante su majestuosidad, y recibiéndome en brazos abordó mi cuerpo y alma dejándome sin aliento. Me puse en pie y abrí mis pasos a aquella hermosa ciudad que siempre soñé visitar y de la que siempre escuchaba hablar. Me miraba muy alerta, y yo, aterrorizada por el movimiento, decidí dejarme llevar.

Era fría la noche, como el agua más profunda del océano, helada como la piel de la misma muerte, pero ella estaba llena de vida, y enceguecida por su energía me distraje por un segundo de todos mis pensamientos pasados, siendo libre de nuevo. Mientras disfrutaba de este momento, inesperadamente fui azotada por un viento intenso que terminó aterrizando como una cachetada sobre mí, eliminando los recuerdos tristes que alguna vez sentí. Pude sentir que ella era parte de mí, como cuando un niño mira a su madre y sonríe al reconocer su rostro; aunque no era la primera vez que veía el suyo, si era la primera vez que me encontraba aquí. La observaba a cada paso que daba al caminar, y solo podía enamorarme más y más; estaba bajo su hechizo…era imposible no estarlo.

Fuiste un sueño que hoy se hace realidad; eran las palabras que resonaban constantemente en mi cabeza…el sueño más hermoso, y tu frente a mí, me sostenías. Embriagada con tu mirada penetrante, te veía sonreír calidamente dándome la bienvenida. Fuiste cada rincón que pedí, cada imagen que soñé, y mucho más---llegué perdida, y en tus calles me encontré.

Tu recuerdo siempre regresa a mí, y es como cada mañana de primavera reflejada en los ojos de un niño; llena de vida, color, alegre e impredecible. Se que regresaré, y sueño con que no demore en llegar.


Dejaste que escribiera con mis pasos mi historia y liberaste mil pesadillas para llevarlas lejos de mí, me hiciste una mejor persona y me enseñaste que la libertad es lo único que debemos poseer, y que nuestros sueños nadie nos lo puede quitar.

Serás mi eterna compañera y protagonista de todas mis historias, solo Dios y Tu me conocen, solo Dios y tu me hicieron libre. Espero volver a verte…espero encontrarte en mis sueños, espero conocerte de nuevo y ver tu rostro… mi ensoñada, Nueva York.

lunes, 3 de septiembre de 2007

Cuentos para Dormir


Era una casa grande y antigua, de cuentos hechizados y olores húmedos que dan escalofríos hasta los huesos. Siempre paseaban las almas en aquel cuarto pútrido y oscuro, el más oscuro de todos, el más frío, el menos brillante. Ese cuarto estaba lleno de muerte, sin encanto, sin vida, con su único olor a olvido de todos los años del mundo y sueños que nunca se cumplieron.
Uniéndose de nuevo mi alma a mi cuerpo, pude sentir el viento helado que traía la noche y armándome de valor, de esa clase de valor que ya no existe al tener frente a ti a la muerte, ingresé en ella. La casa estaba llena de misterios; en cada rincón hay una historia maldita, en cada paso que doy mis pies tiemblan, porque sienten el calor de los cuerpos que oculta el piso. Es una casa que se los traga vivos y absorbe la vida que entra en ella. Las paredes me hablan, o tal vez solo estoy enloqueciendo por los llantos sin voz que poco a poco me van sumergiendo en su sueño.
Intenté regresar por el mismo camino, pero ha desaparecido. La puerta que estaba atrás de mí se la llevaron, mis señales de salida han sido borradas al igual que mis huellas y en donde dejé cada rastro ahora solo hay una triste figura marcada con sangre. Este olor me marea y me distrae... ya no veo la ventana... ya no veo lo que hay sobre la mesa, y poco a poco dejaré de ver si sigo paseando por la casa... mientras que los muertos me jalan las piernas.

sábado, 1 de septiembre de 2007

Camino al Cielo


Nadie puede decir cómo es el cielo en sí, ¿verdad? Una pregunta que siempre te extraña y a la que nunca se le encuentra un significado completo, pero para mí esta palabra de cinco letras existe con otro rostro, uno más bello y está aquí entre nosotros.
No es la primera vez que me pasa, pero sí es la que me dejó sin aliento.
Una de las cosas que más me gusta hacer, es viajar. Imagino que son muchas las personas, o por lo menos un gran número de ellas, las que comparten conmigo esta afición. Voy a contar una experiencia, la estuve esperando durante mucho tiempo y hace unos meses atrás llegó de sorpresa. Siempre he pensado que las cosas que más se disfrutan en la vida son gratis, y ésta es la aventura de mi vida, aquella que nunca olvidaré. Es la historia que todos estamos esperando que nos suceda, y así como yo la encontré, ustedes también pueden encontrar la suya. Ésa que nos hará sentir mejores al respirar, porque ahora puedes ver la vida (o al menos la tuya) algo más mágica, con más encanto y más brillo.
Mi aventura se sitúa nada menos que en la encantadora y magnética ciudad de Tarapoto, solo a una hora de Lima en avión y a poca distancia del encantador cielo azul que la cubre. Era la primera vez que viajaba a este lugar, y como se imaginarán, estaba muy ansiosa de querer llegar, pero sobre todo de verla. Ya había escuchado mucho sobre ella, todos repetían lo mismo, “es una encantadora ciudad”, y yo quería conocerla. Las conversaciones y bromas que hacíamos en el avión hicieron que el tiempo pasara muy rápido, y sin darnos cuenta empezamos a descender hasta chocar con el pavimento gris.
Siempre he creído que las personas de un lugar nuevo tienen ese ánimo de ser amables, y no me equivoqué esta vez. Apenas llegamos al ómnibus que nos llevaría al hotel, la gente mostró su hospitalidad, tanto así que era abrumador, y a la vez me hacía sentir bien. El día estaba encantador, lo cual era un buen signo de que nuestro viaje sería un éxito, y recién empezaba.
El primer día debíamos descansar en Puerto Palmeras, el hotel de la ciudad, así que aprovechamos la noche y salimos a conocerla. El cielo estaba marcado por una encendida luna, con una sonrisa casi perfectamente dibujada, y la gente de la noche lo festejaba en algún bar acompañándose de la música. Todos tenían ese rostro que muy raras veces notamos en las personas, todos parecían felices y yo también lo era. La ciudad y esa noche me habían hipnotizado.
A la mañana siguiente, el camino en la selva mostró su grandeza, haciéndonos jugadas durante el viaje. Nos dirigíamos a Lago Lindo y las trochas se veían amenazantes, marcadas toscamente en el centro del camino, protegido por una vegetación que nos abrazaba al avanzar, las subidas y bajadas eran como enredaderas, y la selva estaba a nuestro lado rodeándonos, escondiendo sus secretos hasta que sea el momento de mostrarnos su verdadero rostro. Tal vez habíamos interrumpido su tranquilidad introduciéndonos en ella, pero al mostrarnos amigables y descubrir que solo queríamos admirarla nos abrió paso y nos permitió llegar a nuestro destino.
Al bajar del auto fui por segunda ves sorprendida, lo único que veía frente a mí era un abismo, y a lo lejos, árboles tan altos que parecían llegar al cielo, y que a cierta hora de la noche lo hacían. Ese sería el lugar donde nos hospedaríamos, pero aun no sabía a qué se referían exactamente, yo solo veía un agujero frente a mí, así que decidí asomarme al abismo, caminé cinco largos pasos en silencio. Estaba aguardando este momento, quería ser sorprendida y al asomarme mi imaginación quedó reducida comparado a lo que vi. Debajo del abismo (como lo llaman) se escondía un pedazo de lo que yo llamo... cielo. Lo primero que visualicé fue la inmensa laguna que bordeaba toda esa cortina de vegetación, y sobre ella y a la vez a su alrededor, unas cabañas suspendidas en el aire, debajo de los árboles que eran sostenidos por troncos, dando la impresión que flotaban. La vista era maravillosa y cerré los ojos para hacer una fotografía del lugar en mi mente. Lo disfruté mucho.
Comenzamos a instalarnos en nuestras habitaciones y como la tentación era tan grande decidimos entrar a la laguna, algunos a nadar y otros a pasear en canoa. Así empezó a atardecer y el paseo con la luz del sol ya anaranjada logró una bonita fotografía en el horizonte. Luego del paseo, todos estábamos ansiosos, nuestros estómagos reclamaban alimento y los muchachos de hotel nos recibieron con un plato muy típico del lugar, el famoso Paiche, uno de los peces más grandes de nuestro planeta, cuya deliciosa carne fue el deleite de todos nuestros estómagos hambrientos.
Esa noche nuestra habitación fue la recepción de todos mis compañeros. Nos encontrábamos en el mirador de nuestro cuarto, con mesas de madera. Dos personas se acomodaron en la hamaca y los demás nos fuimos colocando alrededor, en mesas, sillas y algunos hasta en el mismo suelo. Eran casi las 7 de la noche y la única luz que nos acompañaba era un farolito que funcionaba a gas, pues la luz del pueblo solo era permitida hasta las 6 de la tarde. Eso hizo mucho más misterioso el lugar.
Ya instalados ahí, empezamos a jugar. Uno debía empezar diciendo una palabra u oración y el de la derecha debía repetirlo sin confundirse y agregar algo nuevo. La historia que empezó, terminó siendo un cuento sin sentido pero a la vez... muy divertido. Luego recordamos las historias de la gente del pueblo, personajes tan místicos y misteriosos como las sirenas cantantes, espíritus y hasta el mismo Tunche, al cual se le tiene mucho respeto, ya que cuenta la historia que si estás lejos de casa en algún campamento o introducido en el bosque y tus pensamientos se desvían recordando a un ser querido, puede ser que se te aparezca la sombra de esa persona y “te lleve”. Esa persona es a la que ellos llaman el Tunche, fingiendo ser él o ella para confundirte, hipnotizarte, llevarte lejos y matarte. Aunque también debe cuidar no mostrar mucho las piernas porque dicen que así como puede convertirse físicamente en esa persona, le es imposible esconder las patas de cabra que tiene. Así que si algún día decides irte al bosque o alejarte, tómalo en cuenta y mira bien a la persona con la que caminas. Puede ser que todas las historias sean una simple leyenda, pero creer que suceden le dio más encanto a la noche.
Al día siguiente nos despertamos muy temprano para subir 400 metros a pie. En este viaje casi perdimos más de una vez al camarógrafo, quien caminaba a duras penas por lugares realmente imposibles, pero a pesar de todo cargando la cámara que era testigo de nuestro cansancio. Una vez ya en la cima, vimos desde lo alto todo el lugar y muy abajo todavía se vislumbraban nuestras cabañas, que parecían a la distancia más pequeñas aún. Estábamos en una isla rodeados de espesa vegetación por donde vieras.
En un rincón del mundo la naturaleza había hablado en voz alta y por cuatro días, logré escucharla y verla. Ahora siento que la cuenta que debo pagar el último día de mi vida será más pequeña, porque muchas de mis pesadillas fueron abandonadas en ese viaje. Todo lo que vi y sentí se quedó en ese lugar y espero volver a tropezarme con esas casualidades muchas veces más.

Asesinos hasta los Huesos

Todo comenzó en un garaje, un lugar muy común de cualquier casa. Pero en dicho lugar, en un tiempo no tan lejano, una banda musical estaba a punto de nacer, sin imaginar el éxito que tendría. La ciudad de las Vegas fue testigo de sus primeros frutos y hoy se vanagloria de verla brillar.

La agrupación que está en boca de todos hoy por hoy es un cuarteto de jóvenes que se hacen llamar Los Asesinos, nombre que proviene de un video de New Order, protagonizado por una exitosa banda de ficción llamada The Killers. Extraña coincidencia, ¿no?

Literalmente hablando, The Killers ha dado la vuelta al mundo con la canción Mr. Brightside, tema que los lanzó a la fama en el 2002, siendo el único single que tocan en todas sus presentaciones.

Y es que nadie se imaginó que estos chicos con vidas tan comunes y trabajos como los de cualquier mortal terminarían viajando por todo el mundo haciendo lo que más les gusta. Un botones, un vendedor de ropa, un fotógrafo y un mensajero médico se harían rápidamente famosos, y no precisamente por los oficios que desempeñaban.

El vocalista Brandon Flowers había sido expulsado de lo que fue su primera banda por no querer mudarse con ellos a Los Ángeles, y como él mismo cuenta, no se arrepiente. Desanimado por su abrupta salida, presenció un espectáculo de Oasis, la célebre agrupación inglesa de los hermanos Gallagher, sintiéndose de nuevo esperanzado. Esta banda hacía una presentación en las Vegas que milagrosamente no terminó en alguna riña de callejón, como suele suceder con estos impredecibles músicos, dejando de paso al joven aspirante a músico mucho más inspirado. Fue así que encontró el anuncio de Dave Keuning (actual guitarrista de The Killers), quien buscaba integrantes para formar una banda de música, citando en su aviso la influencia del ya mencionado grupo británico. Flowers, dejándose llevar por las extrañas coincidencias, decidió conocerlo. La química fue inmediata y, acompañados del pequeño teclado con el que el cantante suele tocar en cada una de sus presentaciones, decidieron comenzar esta aventura.

Juntos en un pequeño cuarto, empezaron a bosquejar parte de Mr. Brightside, la famosa canción que hoy se ha vuelto un himno para muchos, y con la que están dando la vuelta al mundo en su nueva gira, que incluye parte de Sudamérica. Esta vez, su segundo álbum (un éxito de ventas que ha colmado de satisfacciones a su gran cantidad de fanáticos) ha demostrado una vez más el talento de estos jóvenes artistas. Así es, los asesinos no dejan de sorprendernos y aunque su gira no incluye Perú, como casi todas las grandes bandas que suelen venir a Sudamérica, sí llegarán a Argentina y Chile. Si alguien está interesado en presenciar uno de los actos rockeros más aplaudidos del momento por su inconfundible estilo Indie Rock, y cuyos integrantes pueden jactarse de haber trabajado con Tim Burton, uno de los directores más aclamados del cine actual, puede animarse a dar una vuelta por alguno de estos países, el 2 de Noviembre en el Estadio de Vélez, o el 4 de Noviembre, en el Estadio Atlético de Santiago de Chile. Ésta puede ser una gran oportunidad no solo de ver y oír a una banda que ha sabido ganarse el respeto del exigente público inglés, sino también de vivir una experiencia musical única, con un conjunto que está por llegar a la cúspide de su carrera.

Si aun no los conoces muy de cerca, solo por curiosidad te recomendamos escuchar “Hot Fuss”, su primer álbum, y si has sentido el destructivo sentimiento de los celos, la paranoia, el interés por los asesinatos, la ambición y, sobre todo, el deseo de sobreponerte cada día, ésta es una banda que no te decepcionará.